sábado, 21 de noviembre de 2009

UNIVERS ZERO: CÓMO ILUMINAR LAS SOMBRAS MODERNAS

Hace 40 años, en Bruselas, Daniel Denis inicia su carrera musical. Con influencias del Rock de los sesenta, del tándem Zappa/Beefheart, el Jazz, la música contemporánea y la escena de Canterbury, participa de varios grupos (Magma, Necronomicon, Arkham) antes de formar Univers Zero. Grupo que aparece en 1977 en pleno estallido Punk y ridiculiza sus ínfulas provocativas con un tránsito por los márgenes de la música popular y académica en un entorno de resistencia celular a lo convencional. Surgen en el momento exacto para redefinir lo “progresivo” en la música y cambiar radicalmente la relación entre Rock, composición contemporánea y géneros populares. Daniel Denis, Michael Berckmann, Roger Trigaux, y sucesivamente Patrick Hanappier, Christian Genet, Guy Segers, Andy Kirk, delinean una música asentada en los trabajos más oscuros de Stravinsky y Bartok, con una atmósfera de banda sonora de cine y la puesta en escena en los límites de la discursividad del Rock.

Su participación dentro del colectivo Rock In Opposition agregaría preguntas a las significaciones de la música popular, la vanguardia y el potencial enunciativo de la innovación. Lo singular en Univers Zero (aún dentro de las particularidades de R.I.O.) es que hasta ese momento nada tenían de rock. La instrumentación del grupo (fagot, oboe, percusión, viola, violín, piano, harmonio, bajos y cuerdas acústicas) no tenía nada de Rock. Menos aún la estructura de las composiciones, ninguna de ellas estrictamente “canciones”. Pero sí se acercaban al Rock en aquello que durante un tiempo olvidó y luego se apuró en recordar con deficiencias formales: la exploración. Si formalmente se podía objetar que en Univers zero hubiera Rock, que actuaran como “rockers”, también era dable reconocer que había “oposición”. Chris Cutler defendió la pertinencia de Univers Zero dentro de R.I.O.: “parecían estar haciendo un manifiesto más claro que cualquier otro grupo: composiciones austeras, actuaciones intensas, todos vestidos de negro, bastante ominosos”.

Debutan en 1977 con un disco autotitulado (rebautizado luego “1313”, por su número de catálogo) en el que se empiezan a apreciar sus innovaciones. Por oscuro, Univers Zero no deja de aportar claridad a la escena musical europea. Sin embargo, Heresie es su pieza máxima, y posiblemente el disco más oscuro de la historia. Denso, monótono, grave. Bases de oboe sostenidas, vaivenes y repetición en las violas, insinuaciones irresolutas de atonalidad con ataques de violines chirriantes en el colmo de lo disármónico. Vociferaciones graves de palabras druídicas, escalas menores, percusiones austeras, y un crescendo fabuloso para el cierre. Un clima ominoso que no da lugar a ansiedades, disparador de sensaciones.

Entre las muchas descripciones que recibió la música de Univers Zero, “medieval” es una de las más repetidas. Amparándose en el lugar común de la oscuridad de esa era histórica, se trazó la fácil analogía con la lobreguez de su propuesta musical. El calificativo es apropiado, pero por motivos opuestos; el grupo preserva una concepción de la música vital, con núcleos de sentido múltiples y que se enlazan en un todo dinamico y coherente, sin los encasillamientos neuróticos de los tiempos contemporáneos. El mero hecho de que predomine una clasificación a partir de las sensaciones es un triunfo en sí mismo sobre las taxonomías más vigilantes de los tiempos que corren.

Si la etapa anterior reposaba en lo desafiante más que en lo musical, sucesivas obras los acercarían a lo que luego se llamó Nouvelle Musique y Rock de Cámara. Ceux du Dehors incorpora dinamismo, mayores contrapuntos y electrificación del sonido, preservando la composición modernista y los instrumentos de cuerda y vientos junto con los eléctricos. La mixtura con la música popular se vuelve más palpable.

Primero Uzed, luego The Hard Quest (disco de regreso a fines de los noventas), y de lleno con su último trabajo de estudio (Implosion), Univers zero incorpora a su base camarística instrumentos de música balcánica, gitana y del este. Las formas melódicas de estas expresiones se fusionan con los ejercicios atonales. El jazz aparece en su forma más libre. Denis gana protagonismo con su batería, llevándola más allá de los límites de instrumento base. “La batería es mucho más que una máquina de ritmos. Pueden ser una fuente inagotable de creatividad rítmica y también melódica. Soy muy cuidadoso de no enmascarar las armonías y coloraturas acústicas con un ataque de tambores que sólo achataría los matices”.

La concepción integral de la música, rescatada primero en la insinuación medievalista y coronada con la fusión folklórica, logra sacar ventaja en aquel lugar donde muchos no hacen pie: hallar lo común entre lo disímil preservando la identidad; progresando. Situados en su tiempo, no son víctimas de los sucesos que lo configuran y afirman su modernidad con un catálogo de oportunas negaciones: al pastiche, al coleccionismo rítmico, al tercermundismo, al divulgacionismo. Sin caer en el eclecticismo, sin poses posmodernas, hay un rescate cuidadoso, progresivo de los lenguajes musicales que les son cercanos. Univers Zero es europeo y contemporáneo. Esta prudencia les permite un abordaje artístico democratizador, dónde no hay géneros bajos ni altos, donde la expresión compositiva puede referir significativamente al pasado y al presente. Una música que es desafiante y a la vez estimulante.

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